La cuarta temporada de la serie de Netflix, Narcos, traslada su acción hacia México, luego de haber explorado la guerra de las drogas en Colombia en sus temporadas anteriores, enfocando su argumento en Pablo Escobar, el cártel de Medellín y el de Cali.
Al termino de la última temporada, se dio indicios de que todo continuaría en México, sometiendo a la serie a un “reinicio” que además de nuevo título, tiene un nuevo objetivo: ahondar en los orígenes de la guerra moderna de la droga regresando a sus orígenes: el momento en que el mundo del narcotráfico en México era una confederación desorganizada de cultivadores y traficantes independientes.
La trama de la cuarta temporada de Narcos entonces girará en torno al cártel de Guadalajara y se ambientará a finales de los años 70, principios de los 80, mientras retrata el ascenso del cártel y de su líder, Félix Gallardo (Diego Luna), unificando traficantes para construir un imperio. Cuando el agente de la DEA, Kiki Camarena (Michael Peña) traslada a su esposa y su pequeño hijo de California a Guadalajara para asumir un nuevo cargo, rápidamente se da cuenta que su tarea será más desafiante de lo que nunca hubiera imaginado. A medida que Kiki recopila inteligencia sobre Félix y se enreda más en su misión, se desenvuelve una trágica cadena de eventos que afecta el tráfico de drogas y la guerra en su contra en los años venideros.
Netflix describe a Félix, uno de los narcotraficantes más grandes en la historia de México y fundador del tráfico de drogas moderno, como alguien callado pero audaz, inescrutable pero de mente aguda, y un líder benevolente que es leal a sus amigos, asociados y empleados, pero cuya ambición está por encima de cualquier otra cosa.
Kiki es descrito como un hombre de familia y agente encubierto de la DEA que recopiló información importante sobre el líder del cártel de Guadalajara a través de una serie de informantes a su alrededor, pero que descubre que ha subestimado el sofisticado sistema de Gallardo.