comprameunrevolver cannes 2018Por Daniela Creamer

“Aquí presentes hay muchas personas del primer mundo. Les pido por favor que les digan a sus políticos que ya es hora de legalizar las drogas, que ya México está harto de poner los muertos y tantos desaparecidos cada día. Los Estados Unidos nos tienen inundados de armas y balas por algo que realmente no se consume tanto en México”. Julio Hernández Cordón hizo trascender ayer frente a la audiencia y a la crítica internacional su mensaje contundente contra la violencia extrema que genera el narcotráfico en México, tras la proyección de “Cómprame un revolver”, en la “Quinzaine des Realisateurs”, apartado del Festival de Cannes que ha llevado a la consagración a numerosos cineastas promisorios. “Llevo semanas meditando si digo esto o no, pero a la final decidí hacerlo aquí y ahora. Quiero aclarar que es una postura mía, no del resto de la producción”, señaló el cineasta guatemalteco, egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), en México, donde reside desde hace años. Títulos como “Gasolina”, “Las marimbas del infierno”, “Polvo”, con los cuales ha obtenido numerosos reconocimientos internacionales, lo han llevado a afianzarse como uno de los nuevos grandes cineastas iberoamericanos.

“No se toca en la película el mensaje, pero si las consecuencias de lo que estamos viviendo ahora. Y si no cambian las cosas, México se va a volver apocalíptico, más de lo que ya es. La película no es contra las drogas, es más en contra de la violencia que genera el mercado ilícito”, precisó. “Por fortuna no he tenido ningún tipo de acercamiento a esta realidad, pero la leo constantemente en los periódicos. Hace tres semanas, las víctimas fueron tres estudiantes de cine; hace tres años, fueron estudiantes rurales; hace cinco, gente de Tepito. Y son jóvenes. Todo es como muy denso”, afirmo frente a la platea conmocionada que continuaba haciendo preguntas.

Filmado en Hermosillo, coproducción méxico-colombiano, el filme, sobrio e impactante, está hábilmente ambientado en un lugar de México sumergido por la violencia, donde las mujeres están desapareciendo. Por ello, su protagonista, una dulce niña llamada Huck, debe estar siempre enmascarada para esconder su género y con una cadena atada a su tobillo para evitar que la secuestren. Con mucho amor transcurre los días ayudando a su padre, un adicto atormentado, a cargo de un campo de béisbol donde los narcos van a jugar en sigilo. De allí, el descenso al infierno…

P: “Cómprame un revolver” retrata una realidad impactante, cruda y dura, pero a través de la ternura de la pequeña protagonista que es víctima de este entorno. ¿Qué te llevo a este planteamiento narrativo?

R: “Con esta película trate de hacer un homenaje extraño a las cosas que me gustaban de niño. Las historias de “Tom Sawyer” y “Las aventuras de Huckleberry Finn”, de Mark Twain, y la película “Mad Max” fueron mis referentes. Los volví a leer y volví a ver las películas y me conmovieron mucho. Es una mezcla extraña entre violencia y fantasía, y poco a poco entendí que estas tres historias son acerca de la resistencia. Y lo que está pasando en México, lo que estamos viviendo allá, es un acto de resistencia de la sociedad civil. Por eso, lo primero que pensé fue en mis dos hijas (de 13 y 10 años de edad, presentes en la sala) y las invite a actuar en el filme. Quiero que ellas resistan y que puedan tener la sensibilidad para cambiar las cosas que están pasando en México, o que por lo menos las problematicen y estén conscientes de esta realidad. Cuando las invite a actuar les propuse escribir una carta a otros niños y a otras personas en situaciones similares para tratar de mejorar el drama que está viviendo nuestro país y probablemente otros lugares más cruentos. Eso les encanto.”

P: En la película hay la inclusión de una imagen surrealista, un collage en papel de cuerpos ensangrentados sobre el terreno árido donde sucede el dramático tiroteo ¿Se trata de la visión en perspectiva de la pequena protagonista?

R: “Efectivamente se trata de plasmar la perspectiva de la niña. Pero también hubo una razón de estética y de producción”.

P: ¿Cómo fue el casting?

R: “No hago casting. Más bien utilizo el Facebook para buscar caras. Y cuando encuentro la que me gusta, le pregunto si podemos platicar. Si me cae bien y siento que puedo tener confianza, lo invito a trabajar. Por ejemplo, Rogelio (Rogelio Sosa, encarna al protagonista) es artista sonoro. Es músico y, casualmente, su hija estudia con la mía. Nos juntamos una noche en una cantina, con unas cervezas y unos mezcales, y cuando regrese a casa le dije a mis productores que ya tenía el actor. La mayoría de los narcos que salen en la película son boxeadores en la vida real. Estaba buscando a gente que tuviera una mirada fija, que fuera intimidante. Por coincidencia hubo tres actores profesionales. Y son los tres que mate en la película”, ríe.

P: La trama gira en torno al narcotráfico, pero también habla sobre las mujeres desaparecidas ¿Ha querido referirse al feminicidio en México?

R: “En mi país hay dos casos muy tristes: Ciudad Juárez Y Ecatepec, son barrios vecinos a ciudad de México. Son dos puntos donde las estadísticas muestran el mayor porcentaje de mujeres desaparecidas, y esto se replica en todo el país. Por eso, esta película es como un grito desesperado contra toda esta pesadilla. ¿Qué más apocalíptico que la desaparición de mujeres o de niñas de un lugar por sus propios vecinos?”

P: ¿Cuál crees que sería el mejor canal de distribución para esta película tan impactante?

R: “Obviamente el cine y la televisión abierta. Pero más que eso, me gustaría que la película fuera accesible en las escuelas, en las bibliotecas, en las calles, para que los jóvenes de las nuevas generaciones puedan decir ‘basta’. Porque finalmente, como sea, la carrera comercial de una película dura solo un par de meses y ya. Pero yo busco que trascienda su mensaje”.

P: La película muestra una realidad mexicana, pero también es aplicable a otras realidades…

R: “Me gustaría pensar que sí. Pero desgraciadamente es México el que está pagando los platos rotos del consumo de todos”.

 

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